El Final...

Final del Match Play del Club. Daniel la soñó durante años. Cada golpe de handicap que bajaba, lo ilusionaba un poco más, pero sabía que eso solo no era suficiente. ¿Cuántos de sus amigos, jugadores de una cifra, sumaban frustraciones en cada intento? Era para una reducida elite jugar la Final. No más de cinco o seis jugadores en los últimos diez años. Y el mismo ganador repetido, abrumador, contundente los últimos seis. Sobre cientos de socios, percibía que sus chances eran ínfimas.

Ni imaginar en ganarle al Campeón.
La Final del Centenario del Club. Durante muchos años todos los socios fantasearon jugar en este día… el lo había logrado.

Afortunadamente el recorrido en auto desde su casa a la cancha, lo había recorrido decenas de veces. No estaba viendo el camino. Eran otras las imágenes que bailaban incesantemente delante de sus ojos, ninguna se detenía más de unos pocos segundos. ¿Concentrarse? ¿En que? Además, desde su cabeza al estomago, quedándose particularmente un buen rato en el corazón, el temblor era continuo. Estremecimientos, escalofríos, opresión… algo mas? se preguntaba.


Una mañana espléndida, inmejorable para jugar Golf. Dejó los vidrios del auto bajos para despejarse y sentir el aroma a los pinos, de los jardines; los perfumes que otras veces lo hubieran sacudido. Con el aire tan diáfano, daba la impresión que la mirada no tendría límites, el horizonte podía tocarse con la mano. Buscaba conectarse con la realidad, quería que esa brisa que agitaba las ramas, lo movilizaran a él también.

Cuando llegó al portón, enseguida notó la importancia de un día diferente, los autos al reconocerlo, le dejaban paso. El estacionamiento colmado, la gente se movía ansiosa, pero extrañamente, sin sus palos. Raro verlos andar sin bolsas ni carritos. Tomó aún mas conciencia que estaban ahí para ver La Final.. y a él. Enseguida le hicieron indicaciones, le habían reservado el lugar, contiguo al ingreso principal, como correspondía a su rol de Finalista. Observado por todos, recibía sonrisas, saludos, gestos de aliento, incluso de gente que ni estaba seguro de haberlos visto alguna vez. Esperaban que destronara al soberbio múltiple campeón. Él mismo deseó, años anteriores, que alguien le ganara finalmente al “Gran Scratch”, pero Daniel estaba varios golpes por encima, como ganarle en un mano a mano, sin descontar el handicap? Todos lo sabían, igual esperaban, se ilusionaban.

Cuando Carlos, su caddie, se acercó para sacar la bolsa del auto, lo miraba preocupado.
Te sentis bien? - preguntó.
Porque? - respondió Daniel.
Tenés una cara… - afirmó Carlos alarmado.
No dormí anoche… me duché para despejarme y vine. - contestó Daniel – fui a casa de Mara…

Carlos, además de ser un excelente jugador de Golf, era el mejor amigo de Daniel. Lo preocupó que no descansara, aunque conocía íntimamente esa relación desde el inicio. Había escuchado la historia infinidad de veces. Daniel no se cansaba de contarla, disfrutaba hablar de ella. Era una rutina de los primeros hoyos que jugaban juntos, escuchar el monologo relatando sus encuentros, charlas, anécdotas con Mara. Cuanto mas hablaba, mejor rendía, evidentemente el amor era su mejor estímulo.

Antes de pegar su drive en el tee del 1, Daniel comentó “no puedo dejar de pensar en Mara…”
Visto el resultado de casi 300 yardas, Carlos pensó que no estaba mal que lo hiciera…
Mientras caminaban por el fairway, siguió con la frase que había interrumpido… “la veo en todo momento… su sonrisa me relaja… ¿te dije cuanto hablamos el viernes por teléfono? más de cuatro horas… escucho su voz y siento un aleteo en el pecho… ya mientras marco su número siento ansias…. ya pasamos el año…”
Su segundo tiro quedó en el green a poco mas de dos metros de la bandera, para ganar el hoyo con birdie.

Los hoyos sucesivos fueron un despliegue del mejor repertorio de Daniel, no erraba nada. El Campeón apenas podía mantener el ritmo y empatarle algunos hoyos. Carlos casi no participaba, solo escuchaba, una vez mas, las palabras embelesadas sobre Mara. “Es tan dulce… entiende todas mis emociones… su piel la llevo en la mía todo el tiempo… no puedo parar de mirarla a los ojos…verdes claros, profundos, intensos… tienen vida propia… me crees si te digo que sus ojos sonrien…? me miran donde quiera que vaya…cada conversación es una historia nueva, todos capítulos que tengo guardados… recuerdo cada palabra, gesto, guiño…”

Al tee del 13 Daniel ganaba por 3 hoyos y todo indicaba que seguiría la mañana perfecta.
Caminando por el fairway para pegar su segundo tiro, Daniel continuaba: “fui temprano anoche... quería descansar, ella lo entendió… enseguida nos acostamos… lo necesitábamos… fue tan sublime… transportados… piel… sensaciones... no estábamos ahí… raro en nosotros no hablábamos… quería tocar todo… los besos eran interminables… miraba su cara excitada... los ojos cerrados… solo oía nuestras respiraciones... cada vez mas agitadas… quería que fuera interminable ese momento.. presiento que me dice algo… y me susurra al oído… “Guillermo..”..
Enganchó su segundo tiro a la izquierda, al agua, después de dropear, un approach pesadísimo lo obligó a conceder su primer hoyo.

Carlos no salía de su estupor, intentaba retomar la conversación, entender que sucedía, conectarse, pero Daniel estaba sumido en un ostracismo impenetrable. Empataron con bogey el hoyo 14, por un exceso de confianza del Campeón que envió su tiro de salida fuera de limite. Daniel con dos tiros discretos llega en dos, pero se toma tres putts desde cuatro metros.
Daniel vuelva a contarle, ahora su voz es temblorosa… “simplemente la miré… contuve la respiración… su cara era estupor, miedo, vergüenza, desconcierto.. no era ella.. nunca ví ese brillo en sus ojos… me dice que buscó un arquitecto para refaccionar el negocio… se vieron varias veces… fue hace pocas semanas… pero que le pasaron cosas…” El tiro de Daniel provocó un murmullo en la multitud, pesado, corto, desviado…

Pierde los hoyos 15 y 16 y están A.S. Después de la salida del 17 continua… “me fui enseguida… apenas escuché que me decía que siguiéramos siendo amigos… que me estimaba mucho… no era medianoche todavía… llegué a casa y me tiré en el sillón… no paré de llorar… no tengo mas lagrimas.. siento arena en los ojos… el pecho como si tuviera una piedra enorme encima.. me oprime…. el primer rayo de sol que entró por la ventana iluminó la bolsa de Golf… eso me hizo reaccionar... recordé que hoy era la Final… no sé porque vine… porque Carlos? Porque? ”
Mal jugado por ambos, empatan el 17 y la impresión generalizada, es que faltando un hoyo, el Campeón no fallaba en esas instancias. Daniel pega un excelente drive, un poco mas corto que su rival, pero se deja un segundo golpe lejos de sus posibilidades de llegar en dos. Ambos cerca de sus pelotas, desde el público sale un grito de aliento… “Vamos Guillermo!!”.

Mientras toma la madera 3 de la bolsa, Daniel le pregunta a Carlos “¿Se llama Guillermo? ¿A que se dedica..? La respuesta de Carlos es apenas un balbuceo…”es arquitecto, se especializa en el diseños de comercios… el mejor de la zona…”. En su stance siente que presiona demasiado el grip, se lastima los dedos, los ojos están turbios, no puede ver bien el lie. Gira con todas sus fuerzas, extiende sus brazos esperando que vuelen y lo arrastren con ellos… El sonido del palo con la bola es intenso, perfecto. No levanta la cabeza… pasan unos segundos y oye una ovación estruendosa. Entre los gritos, aplausos, silbidos escucha una voz que dice “quedó a medio metro!!!” .

Camina hacia el green viendo todo detrás de una pared de agua… un dolor aprisiona su garganta, no puede ni tragar.. ni respirar.
Su competidor, deja su segundo tiro a 5 metros, el primer putt roza el hoyo, pero no entra. Cierra en par.

Carlos intenta ayudarlo… “Daniel, son 60cm… ojo.. es en bajada y cae una cuarta a la derecha… no te confies….” Íntimamente ambos saben que si lo falla, no tendrá animo para pegar un golpe mas.

Mecánicamente se para frente a la pelota… siente irreal y lejana la situación… que hace allí? No hay un solo sonido… solo oye su agitada respiración… un sollozo lo sacude… mira el hoyo y busca el posible recorrido analizando las caídas. No logra divisar nada.. sus ojos están turbios… presiona el grip hasta que los nudillos blanquecen.. siente dolor…. baja la vista para alinear el tiro… una lagrima cae sobre el putter…. otra sobre el green… el temblor de su pecho sigue hasta sus brazos… intenta moverlos pero no responden… quiere pegar con todas sus fuerzas e irse corriendo…. De pronto, sus hombros se balancean…. Solo sus oídos tenían vida… un silencio profundo, interminable… hasta que un sonido gratamente familiar lo estremece…. La pelota toca el fondo del hoyo. Todo terminó. La Final. El Final.


Serxens

El golf profesional tendrá controles antidoping


El nuevo programa de antidoping en el golf profesional, cuyos test en el circuito europeo deberían efectuarse esta semana en el torneo que se disputa en Londres, se implementarán a fines de julio. "Comenzaremos lentamente", señaló David Garland, el director de operaciones del Tour Europeo. A la vez adelantó que para lo que queda de año serán pocos los torneos en los que habrá este tipo de controles. "Personalmente creo que esto del dopaje en golf no es un problema", dijo.


Esta afirmación de Garlad choca con la del surafricano Gary Player, quien el año pasado en el Open Británico contó que conocía a algunos jugadores que usaban sustancias prohibidas, aunque no reveló sus nombres.


Los circuitos europeo y estadounidense aprobaron la entrada conjunta de los test antidopaje para este mes de julio, así como la difusión e información exhaustivas sobre la prevención en esta materia a los golfistas profesionales.


En el Open de Escocia, la próxima semana, y en el posterior Open Británico, el tercer torneo de Grand Slam del año, tampoco se efectuarán los controles de detección de sustancias prohibidas.

Fuente Clarin