Cabrera y la jugada de su vida

Angel Cabrera no borrará fácilmente este 2007 que ya entró en la recta final. Apiló emociones y el reconocimiento no lo deja respirar, parece. Todo cambió después de mitad de año, cuando una semana mágica le dio confianza en grande y después vino lo que vino. El disparador, sin dudas, fue un domingo 17 de junio, en Oakmont, donde el cordobés jugó el golf de su vida y logró nada menos que el US Open, en las narices del mismísimo Tiger Woods y también de otras superestrellas de este deporte.


Hubo, en aquella semana de gloria, muchos momentos que reflejaron la confianza del Pato. Uno, en esa vuelta final de 69 golpes, fue reconocido por sobre el resto. Se dio justo en la definición, cuando la presión (propia y ajena) no dejaba ni respirar. Era el momento de atacar, de ir por el título. Cabrera necesitaba un birdie detrás del otro. En ese par cuatro del hoyo 15, puso la pelota con su salida en una inmejorable posición para atacar la bandera. Le quedaban 169 yardas al hoyo. Tanta era su adrenalina, que agarró un hierro 9 y le hizo swing completo. Sí, bien a lo Cabrera. Vuelo perfecto, de izquierda a derecha y casi se mete. La posterior sonrisa del cordobés lo decía todo. Birdie. Era el tiro soñado, era el tiro del campeonato, era el tiro que, meses después, los especialistas del golf se animaron a calificarlo como "la jugada del año".

Fuente Clarin