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Cabrera: "El US Open es un torneo muy especial"


El cordobés ganó el prestigioso campeonato en 2007 y ahora deberá defenderlo. Aceptó que tuvo un comienzo irregular en esta temporada, pero confía que llegará en buenas condiciones para el segundo Major del año

El cordobés Ángel Cabrera reconoció que el próximo Abierto de los Estados Unidos será "un torneo especial" porque defenderá el título obtenido en 2007.


"Todavía falta, pero el Us Open es especial para mi por lo que hice el año pasado. Todavía quedan varios torneos previos y esperemos llegar bien", le declaró el deportista nacido en Villa Allende a DyN.


Cabrera tuvo un comienzo irregular en la temporada 2008, y aunque no lució, cumplió en el pasado Masters de Augusta al obtener el vigésimo quinto puesto.


Al ser consultado sobre el presente del golf argentino, Cabrera afirmó que hay jugadores "muy buenos" y elogió al tucumano Andrés Romero.


"Hay jugadores muy buenos en la actualidad que están haciendo muy bien las cosas. Romero tiene un gran presente y me gusta de él la fe que se tiene en los partidos. Además es jóven y muy inteligente", comentó el jugador, quien participó de la exhibición de un mini torneo que sirvió de homenaje al Maestro Roberto De Vicenzo, en su cumpleaños número 85.


Por último, Cabrera informó que se irá unos días a Villa Allende y luego emprenderá viaje nuevamente a Estados Unidos, para continuar participando en el circuito del PGA Tour, en la antesala del segundo Major del año.
Fuente: DyN


El Masters de Augusta dejó buenas sensaciones

Llegó a su fin el primer Grand Slam del año, en el que se destacó Andrés Pigu Romero, que terminó octavo. El ganador fue el sudafricano Trevor Immelman
El argentino Andrés Romero completó un fin de semana extraordinario en el Masters de Augusta, el primer Grand Slam de golf del año, al marcar una tarjeta de 73 golpes (+1) y sumar 287 (-1) al cabo de los cuatro jornadas que se jugaron en el Augusta National Golf Club, donde el sudafricano Trevor Immelman ganó el título.

El "Pigu" Romero, que jugó por primera vez en su carrera un torneo de Grand Slam, salió al campo de Georgia, de par 72, dispuesto a culminar una actuación brillante y con su octavo puesto dejó en claro que será una de las figuras de acá al final de la temporada.

El tucumano, de 26 años, 21 en el ránking mundial del PGA y ganador hace dos semanas en Nueva Orleans, ante la sorpresa de la prensa, los jugadores y él mismo, hizo par en los hoyos 1, 2, 3, 4, 5, 6, 9, 10, 12, 13, 16, 17 y 18; lo subió en los 7 y 11; y los bajó en los 8, 14 y 15.

Romero, más allá de su juego parejo durante todo el torneo, no pudo pelearle el título a Immelman, que pese a tener una mala jornada donde marcó 75 golpes, se adjudicó el título con 280 (8 bajo par).

El otro argentino que tomó parte de la competencia, Ángel Cabrera, ganador del Abierto de los Estados Unidos 2007 y número 17 en el escalafón del PGA Tour, marcó una tarjeta de 74 impactos y totalizó 292 (+4).

El cordobés, de 38 años y quien en la anterior edición del certamen estadounidense finalizó en la 37ma. posición, en esta ocasión culminó 25to..

Cabrera, que sin bien no era uno de los favoritos para quedarse con el título, pero del que se esperaba un poco más tras acabar "top ten" en Augusta en tres años (décimo en 2001, noveno en 2002 y octavo en 2006), nunca logró sentirse del todo cómodo en el tradicional certamen.

El estadounidense Tiger Woods, número uno del mundo y ganador del Masters de Augusta en cuatro ocasiones (1997, 2001, 2002 y 2005), finalizó en el segundo lugar con 283 golpes (-5).

El Masters de Augusta, que contó con 94 participantes y que además repartió 7 millones de dólares en premios, tuvo un nuevo campeón en Immelman, el mejor de todos al cabo de los cuatro jornadas.

Clasificación
1) Trevor Immelman (Sudádfrica) 68 68 69 75 280 (-8)
2) Tiger Woods (Estados Unidos) 72 71 68 72 283 (-5)
3) Stewart Clink (Estados Unidos) 72 69 71 72 284 (-4)
-) Brandt Snedeker (Estados Unidos) 69 68 70 77 284 (-4)
5) Phil Mickelson (Estados Unidos) 72 71 72 72 286 (-2)
-) Padraig Harrington (Irlanda) 74 71 69 72 286 (-2)
-) Steve Flech (Estados Unidos) 72 67 69 78 286 (-2)
8) Miguel Angel Jiménez (España) 77 70 72 68 287 (-1)
-) Robert Karlsson (Suecia) 70 73 71 73 287 (-1)
-) Andrés Romero (Argentina) 72 72 70 73 287 (-1)
- - - -
25) Ángel Cabrera (Argentina) 73 72 73 74 292 (+4)
Fuente: Télam

El “Pigu” Romero brilló en Augusta


El tucumano Andrés Romero obtuvo hoy un importante octavo puesto en su primer Major en tierra estadounidense, el célebre Masters de Augusta, que quedó en manos del sudafricano Trevor Immelman.


El otro argentino en competencia, Angel Cabrera, finalizó en el puesto 25, mejorando tres posiciones desde que partió en la última ronda.


Immelman, que por primera vez se puso el saco verde de los consagrados en Augusta, hizo una última vuelta opaca de 3 sobre el par para terminar con -8 (280 golpes).



Pero los festejos se fueron adelantando porque sus dos seguidores, los estadounidenses Steve Flesch y Brandt Snedeker perdieron rápidamente posiciones.


Si bien Tiger Woods sobre el final de la vuelta de Immelman quedaba segundo con -5, el número uno del mundo terminó mucho más temprano la vuelta, con lo cual su figura no era una sombra y sudafricano solo tuvo que cuidarse y buscar pares para mantener la diferencia de tres.


Romero (287 golpes) hizo una vuelta de 1 sobre el par para terminar octavo junto al español Miguel Angel Jiménez (lo mejor de la última vuelta con cuatro bajo el par) y el sueco Robert Karlsson, todos con -1 en el registro global.


El tucumano subió el par cuatro del hoyo 7 pero se recuperó rápido en el siguiente con un birdie.


Toda ilusión de ascender en las posiciones se vino a pique con un triple bogey en el par cuatro del hoyo 12. Asimismo, los dos birdies en el 14 y 15 le permitieron terminar como top ten su primer Major en el PGA Tour.


Cabrera, en tanto, hizo una ronda de 2 sobre el par y +4 (292 golpes) en la general tras cuatro rondas.


En la última jornada, bajó en un golpe los hoyos 4 y 9, pero hizo bogeys en el 7 y 17 y también sufrió en el 12 con un doble bogey.


El Master de Augusta, que repartió 1,3 millones de dólares en premios, fue el primer major del año y servirá a Romero para mejorar su actual 21 posición en el ranking.



Estos son los primeros lugares del Master:

Pos Jugador Nacionalidad GOLPES PAR

1- Trevor Immelman (Sudáfrica) 280 golpes -8

2- Tiger Woods (Estados Unidos) 283 -5

3- Stewart Cink (Estados Unidos) 284 -4

Brandt Snedeker (Est. Unidos) 284 -4

5- Phil Mickelson (Estados Unidos)286 -2

Padraig Harrington (Irlanda) 286 -2

Steve Flesch (Estados Unidos) 286 -2

8- Andrés Romero (Argetina) 287 -1

Miguel Jiménez (España) 287 -1

Robert Karlsson (Suecia) 287 -1

25- Angel Cabrera (Argentina) 292 +2

Via La Voz

Nada lo desestabiliza


AUGUSTA -- Trevor Immelman una vez estaba al tope del liderazgo cuando terminó una nueva ronda en Augusta este sábado.


Es cierto que Tiger Woods tuvo una buena ronda y que lo presionó, pero el estable sudafricano respondió con creces, y ahora goza de una ventaja de dos golpes sobre su más inmediato perseguidor.

Immelman terminó con un total de 11 golpes bajo el par, su tercera ronda consecutiva en números rojos en Augusta National. Tiene una ventaja de dos impactos sobre Brandt Snedeker, quien hizo el birdie el 18 al igual que el sudafricano.


Steve Flesch está tercera con ocho golpes bajo el par tras totalizar 69 impactos.


Woods hizo todo lo posible para tener posibilidades al día domingo e intentar conseguir su quinta chaqueta verde, pero sigue estando a seis golpes del líder.


"Me volví a poner en contención", declaró Woods.


Será una tarea difícil para el número 1 del mundo, que hizo68 golpes pegándole muy bien a la pelota.


"Ese fue el score más alto que podría haber hecho", expresó Woods. "Si hubiera metido algunos putts, estaría aún más cerca".


Phil Mickelson comenzó el día en buena posición, pero tuvo una muy mala ronda, y ahora está a nueve golpes del puntero.


El argentino Andrés Romero jugó en muy buen nivel, pero un doble bogey en el hoyo 16 le costó muy caro. Luego erró un putt de poco más de un metro para birdie en el hoyo final, y terminó con dos golpes bajo el par.


Su total podría haber sido menor, pero lo cierto es que volvió a ratificar que está entre los mejores jugadores del mundo.


El domingo se esperan unos fuertes vientos de hasta 40 kilómetros por hora, lo cual debería favorecer a los escoltas, pero si Immelman sigue jugando como lo está haciendo, será difícil alcanzarlo.

Fuente ESPN

Romero tuvo una gran actuación en Augusta


Fue el mejor día para Andrés Romero en el primer Grand Slam del año. El tucumano cerró una tarjeta de 70 golpes (dos menos que el par de la cancha) y realizó su mejor recorrido en la tercera jornada del Masters de Augusta.


El Pigu hizo birdie en el 7, tropezó en el 10, pero se recuperó de manera notable bajando los tres hoyos siguientes. Volvió a hacer birdie en el 15, pero el 16 lo volvió loco. La inexperiencia le jugó en contra al argentino y tuvo que realizar 5 golpes en un par 3 (doble bogey). De esta manera acumula un score total de –2 y se mantiene expectante para mañana.


Angel Cabrera no tuvo un buen desempeño. Sigue cometiendo errores que se pagan caro. El Pato firmó una tarjeta de 73 impactos, con 2 birdies y 3 bogeys. Por eso el cordobés quedó relegado en el tablero. Está en el puesto 28 y quedó muy lejos de la cima.


El que está sólido es el sudafricano Trevor Immelman. Arrancó la jornada como líder y parece decidido a quedarse con el título. Tiene un score total de –11 y hoy se recuperó de un tropiezo en el 4 con birdies en los hoyos 8, 13, 14 y 18 para firmar una tarjeta de 70 impactos. Aunque no le será fácil llevarse el saco verde. Lo siguen de cerca Snedeker (-9) y Flesch (-8). Pero además, Tiger Woods tuvo un gran día y quedó con –5.


Via Clarin

La Tercera ronda del Masters de Augusta estuvo suspendida por lluvias, pero se reanudó

La tercera ronda del Masters de Augusta de golf fue suspendida temporariamente el sábado debido a las fuertes tormentas que se abaten sobre el National Golf Club de Augusta, donde se desarrolla la competencia.

El torneo es encabezado en sus dos primeras rondas por el sudafricano Trevor Immelman, con acumulado de 136 golpes (68-68), ocho golpes bajo el par.

Escoltan a Immelman el estadounidense Brandt Snedeker (137), siete bajo par, y un trío compuesto por el inglés Ian Poulter y los locales Steve Flesch y Phil Mickelson, todos con 139.

El astro Tiger Woods va empatado en la plaza decimotercera, con 143 golpes (72-71) y mantiene su condición de favorito para vestir su quinta casaca verde de campeón de Augusta, y ganar su decimocuarto torneo Grand Slam.

Los argentinos Angel Cabrera y Andrés Romero son los latinoamericanos mejor ubicados, ambos compartiendo el puesto 20 con otros tres jugadores de similar total de 143 golpes.

Entre los que ya fueron eliminados al no pasar el corte de segunda ronda figuran el colombiano Camilo Villegas (150), y los españoles Sergio García (148) y José María Olazábal (151).

El torneo, que reparte siete millones de dólares en premios, debe terminar el domingo.



Via Minuto uno

Romero y Cabrera superaron el primer objetivo


El tucumano repitió una vuelta de 72, el par del campo, y logró pasar con comodidad el corte clasificatorio del primer Major del año para ubicarse a ocho golpes del líder, el sudafricano Immelman. El cordobés también hizo 72 y está un impacto más abajo.

Todo golfista que arranca su participación en un Grand Slam tiene como primer objetivo pasar el corte clasificatorio, algo que hoy consiguieron en Augusta con mucha holgura tanto Andrés Romero como Angel Cabrera.

Romero repitió una vuelta de 72 golpes, el par del campo, luego de haberse ido con birdies de los hoyos 7 y 15 y realizar bogeys en el 5 y 11. El tucumano acumula 144 y se ubica 20º, a ocho del sudafricano Trevor Immelman, el único líder del Abierto de Augusta.

En tanto, Cabrera bajó en un golpe su vuelta de ayer (hizo 72, par), al presentar una tarjeta de tres birdies (2, 16 y 17) y tres bogeys (7, 13 y 18). Suma 145 y se encuentra en la 21ª colocación.

Por otra parte, el número uno del mundo, el estadounidense Tiger Woods, se ubica 13º con 143. Hoy empleó 71 impactos (uno bajo el par).

Via TyC Sports

Cabrera y Romero, mano a mano con los mejores en el arranque del Masters de Augusta

El cordobés jugará las dos primeras rondas con Tiger Woods, mientras que el tucumano lo hará con Phil Mickelson, número dos del mundo. El torneo empieza mañana y reparte 7 millones de dólares en premios.

Mañana arranca el Masters de Augusta, de par 72 y premios de 7 millones de dólares, en el cual el local Zach Johnson intentará revalidar su título, mientras su compatriota y número uno mundial, Tiger Woods, buscará alcanzar su quinta corona en el torneo.

Justamente Woods arrancará su participación 10.45 (hora local) y compartirá la ronda con el argentino Angel Cabrera y el australiano Stuart Appleby. En tanto, Phil Mickelson, número dos del mundo, iniciará el día también acompañado por otro representante albiceleste: Andrés Romero, y también junto al coreano Choi.

Mickelson, quien ya ganó en Augusta en 2004 y 2006, también es otro de los gran candidatos a quedarse con el título. El estadounidense llega ahora con credenciales de una victoria en febrero en el certamen de Los Angeles.


Via Clarin

El Pato y el Pigu pusieron primera en Augusta


7 de abril.-Los argentinos llegaron hoy a Augusta y jugaron 18 hoyos, en lo que es su preparación para el Masters que comenzará el próximo jueves. El Pigu jugó por primera vez la cancha y se sorprendió por la belleza y la exigencia de la misma."Comprobé que es la mejor cancha del mundo, hasta ahora la veía por televisión, pero ahora que la jugué, puedo decir que es superior a todas".
El Pato ya tiene experiencia en este torneo y disfruta cada vez que vuelve a jugarlo. "Es una cancha espectacular, y siempre es un placer volver a jugar acá'".

Por Marcos Virasoro (Exclusivo desde Augusta)


Si algo le faltaba a este viaje junto a Andrés Romero por Estados Unidos era terminar en Augusta. Haber conocido una de las canchas más famosas del mundo y poder compartir con los argentinos su participación en el Masters es algo inolvidable.


Temprano pudimos comprobar la locura que hay en Augusta por el torneo. Largas filas y una multitud agolpada frente a las puertas del club ubicado en la avenida Washington esperando por entrar para ver a los mejores golfistas del mundo. En especial a Tiger Woods que siempre practica con las primeras luces.


Unos minutos después llegamos con Andrés a disputar su primer Masters. Se registró y luego de tirar algunas pelotas salió a conocer la cancha, junto al Pato, ya todo un experimentado en este campo.

Caminar junto a ellos fue descubrir algo totalmente distinto a lo que uno está acostumbrado a ver en televisión. La cancha es infinitamente más linda de lo que uno se pueda imaginar. La perfección de los fairways, el verde de los greens, las coloridas flores que adornan todo el campo y las ondulaciones que presenta las canchas son novedades que uno descubre a cada paso.


Otra sorpresa es la cantidad de gente. Es impresionante ver tanta gente en una cancha de golf. Por todos lados aparecen y no hay hoyo en el que no haya una multitud aplaudiendo a todos los jugadores. Así son las colas que hay para ir al baño o para ir comprar comida o para el proshop.


Este último le aporta a la organización la fiolera suma de 17 millones de dólares por torneo. Así se puede ver a cada persona que camina la cancha con algo alegórico al Masters.


En los próximos días les seguiré contando de esta experiencia que es vivir mi primer Masters de Augusta.


Via golfstarnews

Tiger quiere que 2008 sea el año del Grand Slam


Cara de niño, rostro oscuro, juego espectacular. Esa era la carta de presentación de Tiger Woods en 1997, cuando se hizo conocido ante el mundo. Ese año conquistó su primer torneo grande de golf, el Masters de Augusta, y se convirtió en el jugador más joven en lograrlo (21 años, 3 meses y 14 días), con el score más bajo (270 golpes) y la mayor diferencia respecto del segundo (12 golpes). Desde entonces, Tiger no ha parado de ganar y ganar, más allá de algunas temporadas algo más irregulares.


Por eso Augusta tiene un significado especial para Tiger. Cuatro veces se calzó el famoso 'Saco verde' que distingue cada año al ganador del primer Major de la temporada. Pero este año se plantea un desafío más grande, el mayor de su carrera, lo que lo convertiría (para despejar toda duda) en el golfista más grande de la historia. No lo dice en voz alta, pero Tiger siente que este año está en condiciones de ganar el Grand Slam, es decir, obtener los cuatro grandes de golf en un mismo año.


Sólo una persona logró ese objetivo fenomenal: el estadounidense Bobby Jones, en 1930. Woods estuvo muy cerca de ello, al ganar los cuatro torneos de manera consecutiva, pero no en el mismo año. En 2000 conquistó el US Open, el British Open y el PGA Championship, y al año siguiente Augusta. Era parecido, pero no lo mismo. El Grand Slam no se deja alcanzar desde hace casi 80 años, pero esta temporada Woods va a por él.

Las estadísticas no lo explican todo

Se trata de un objetivo muy complejo, pero no imposible. Al menos no para Tiger. Él mismo admitió hace poco que está jugando el mejor golf de su carrera, el más fino. Lo demuestra cada vez que sale a un campo en el último tiempo: lleva ganados siete de los últimos nueve torneos en los que ha participado. Pero, ¿cómo lo hace?


Fijarse en sus estadísticas puede llamar a engaño. Woods no es el mejor en cada rubro, pero sí lo es en aquellos que son decisivos para hacer scores bajos y ganar títulos. En los últimos cinco años, tiene un porcentaje de acierto a los fairways del 57%, nada muy destacado. Tampoco sobresale con la distancia que logra con el driver, a un promedio de 300 yardas, y por eso se coloca en un discreto 48º puesto en esa estadística.



Sin embargo, Woods encuentra su juego allí donde se empieza a marcar la diferencia: en el aproaching al green. Cuando está a una distancia superior a las 150 yardas (136,5 metros) de la bandera, allí donde el resto de los jugadores eleva su imprecisión, el Nº 1 mantiene su eficacia. En las 200 yardas está casi en el 70% de aciertos, lo que le da una gran ventaja sobre el resto del 'field'.


Además, se mantiene entre los primeros en el putting y marca diferencias asombrosas. En el rango de 15 y 20 pies (4,65m a 6,20m) acierta un 68% más de putts que el promedio de los demás, según un estudio realizado por Mark Sweeney y publicado por el New York Times. Y tiene una estadística bajo el par en hoyos jugados desde el rough. Así, queda demostrado que acertar a los fairways no es tan decisivo como parece. Al menos no para Tiger. Lo que lo diferencia es la capacidad de lograr putts de las distancias donde la mayoría falla.


Por todo eso, tiene un promedio de 67,30 golpes por vuelta en esta temporada y es el mejor en ese rubro. Tiene una diferencia de casi dos golpes sobre el segundo (Luke Donald, 69,01) y de cuatro sobre el promedio del Tour (71,29). Impresionante.


Aquí no hay nada seguro

Pese a que todos los indicios lo señalan como el favorito, todo puede pasar en esos 72 hoyos en el Augusta National. Como siempre, hay un margen importante de falibilidad, que es lo que hace atractivo el deporte. Aún así, Tiger se empeña en plantearse grandes objetivos. Este quizá sea el más alto.


El último hombre que comenzó una temporada con serias aspiraciones de ganar el Grand Slam de golf, fue Jack Nicklaus, en 1972. "No es imposible lograrlo", mencionó Nicklaus en ese momento, a los 32 años, los mismos que tiene hoy Woods. Lo dijo una semana antes de que comenzara Augusta, torneo que ganó con tres golpes de ventaja ese año. Luego añadió el US Open, pero Lee Trevino le arrebató el British Open para dejarla sin esperanza de lograr el Slam, la última oportunidad que tendría el mejor golfista de la historia.


El mejor, claro, hasta la irrupción de ese negro con cara de niño que sorprendió a todos en el Masters de 1997 y que hoy le disputa esa denominación. Tiger conserva sus señas de identidad; sólo se lo ve más crecido. Por lo demás, sigue haciendo historia cada vez que sale a jugar. Y quiere que 2008 sea el año de su consagración definitiva.

Via Marca

Tiger: "No pensaba que conseguiría 13 'majors' con 32 años"

El golfista estadounidense Tiger Woods señaló que "nunca hubiera imaginado ganar 13 'majors' a los 32 años de edad", aunque reconoció que, pese a su condición de mejor jugador del mundo, es inevitable que en ocasiones tenga dudas de sí mismo porque ello "forma parte del golf y de la vida".

"¿Si cuando me convertí en jugador profesional había previsto que todo esto me sucediera tan temprano? La verdad es que no pensaba que conseguiría 13 'majors' con 32 años", señaló Woods en la previa al Dubai Desert Classic, que comienza este jueves en los Emiratos Arabes Unidos.

El número uno del mundo, que acumula 62 triunfos y persigue el récord de Jack Nicklaus con 18 victorias en 'grandes', subrayó que no podía tener previsto alcanzar tantos títulos en 'majors' porque entonces su juego no era lo suficientemente bueno y no había madurado todavía.

Fuente Marca

Un Esfuerzo de Major ¡¡


TULSA -- Tiger Woods logró su propósito. En la última oportunidad de la temporada, se llevó el Major de la PGA Championship, para no terminar en sin adjudicarse este año un gran título, a pesar de que en la cuarta ronda desarrollada este domingo no tuvo una espectacular actuación como en los anteriores días.
El norteamericano hace historia y admitió que este era un triunfo especial por no haber ganado nada este año, además de que es la décimo tercera ocasión que tras ser líder en las primeras tres rondas de juego, termina por lograr el título en las mismas 13 ocasiones.
La ventaja de Woods obtenida en los tres días anteriores, le permitió una actuación conservadora, sin forzar demasiado sus tiros para alzar el título que también hace un año había conseguido aquí.
El hoy monarca jugó esta cuarta ronda con un total de 69 golpes, para sumar 272 en todo el torneo, y fue seguido al final por Wody Austin, que concluyó con 274, mientras que en tercero se ubicó Ernie Els, otro que aspiraba a ganar este Major para no irse en blanco.




Fuente: Espn

Un mal rato


TULSA -- El español Sergio García fue descalificado este sábado del Campeonato de la PGA por firmar una puntuación incorrecta en su tarjeta.
García, quien se clasificó al fin de semana con un cinco sobre par, firmó cuatro golpes en el 17mo hoyo de par-4, cuando en realidad había realizado un bogey con cinco disparos.
García hizo pareja con Boo Weekley, quien estaba encargado de llevar la puntuación del español y anotó el número incorrecto. Sin embargo, es la responsabilidad de cada jugar revisar la tarjeta y García no lo hizo.
El ibérico se fue del campo y no estuvo disponible para comentar cuando se anunció su descalificación.
"Es culpa mía por anotar el marcador incorrecto, pero es culpa suya por no revisarlo", dijo Weekley. "Yo le dije "Sergio, anotó un cuatro pero en realidad tuviste un cinco". El dijo "esa es la cereza en el pastel'".
Fuente: Espn.com

Se les vino la noche


TULSA, Estados Unidos.- Por las expectativas que se habían generado entrorno de ellos -y por las que ellos mismos tendrían- Angel Cabrera y Andrés Romero tratarán de olvidar lo más rápido posible la primera jornada del PGA Championship. Ni en una pesadilla podrían haber soñado un día tan negativo como el de hoy en el último Major del año. Plagaron sus tarjetas de errores y cerraron una primera vuelta con scores realmente altos, que los alejan de los puestos de vanguardia. La contracara, para bien, fue José Cóceres. El chaqueño sí pudo con la difícil cancha de Southern Hills y registró una primera vuelta para tener en cuenta en el leaderboard, con 71 golpes. La pesadilla del Pato. Angel Cabrera tuvo una primera jornada realmente negra. Anotó 81 golpes (+11) y marcha cerca del puesto 150°. Arrancó con bogey en el 4 y se recuperó en el hoyo siguiente, pero la pesadilla llegaría en el 6. En este par 3 de 200 yardas, el Pato anotó ¡10! golpes, un score muy inusual para cualquier jugador profesional. Luego de eso le sería muy difícil levantar su tarjeta: bogeys en el 7, 8, 12 y 14. El fatídico hoyo 6 de Cabrera Cabrera, en su tiro inicial del par 3 de 200 yardas, se fue a los arbustos de la izquierda, donde su bola se perdió. Jugó nuevamente desde el tee y volvió a quedar fuera de límite. Regresó, por tercera vez, a la salida. Pero volvió a fallar: cayó al agua cercana al green. Dropeó y jugó desde fuera del éste. Allí, por último, necesitó tres putts para hacer 10 golpes y terminar la pesadilla.Pigu perdió el envión. Andrés Romero, que viene de tres grandes semanas en el circuito (3° en el Open, campeón en Hamburgo y 6° en el Bridgestone Invitational), hoy también jugó muy mal. Anotó una tarjeta de 81 impactos, once sobre el par, y está alrededor del puesto 149°. Su tarjeta constó de un solo birdie, cinco bogeys y tres doble bogeys que lo complicaron durante todo el día. El chaqueño, el mejor. José Cóceres, que volvía a jugar un torneo Major después de cuatro años, tuvo una gran jornada. Su tarjeta fue mucho mejor que las del tucumano y el cordobés. Fue de 71 golpes (uno sobre el par), por 3 birdies y 4 bogeys (uno en el 18) para ubicarse cerca del puesto 31°. Tiger va por el 13°. En busca de su 13° tiítulo de Grand Slam, Tiger Woods no comenzó de la mejor manera el último Major del año: anotó 71 golpes (+1) y quedó lejos de los 65 del inglés Graeme Storm, líder absoluto.
El leaderboard de la primera jornada, completohttp://www.pga.com/pgachampionship/
Fuente: La Nacion

No pierde la esperanza


TULSA -- Sufrir derrotas decepcionantes en los Majors no te garantiza que algún día ganarás uno. Pregúntenle a Greg Norman. Ser considerado e mejor jugador sin un Major no significa que eventualmente tendrás tu propio trofeo grande. Pregúntenle a Colin Montgomerie.
Y cuánto más se alarga la agonía, cuantas más chances desperdicias, más difícil se hace la tarea.
Esa es la situación en la que se encuentra Sergio García hoy en día, en la víspera de un nuevo Major.
Han pasado ocho años desde que apareció en escena, encontrando el fairway en el hoyo 16 en Medinah luego de un golpe milagroso por detrás del los árboles. García tenía entonces 19 años y era un joven con mucho talento y estilo.
Puso a Tiger Woods en alerta en una época en la que el número uno todavía no era el campeón confiado de esta era. Woods ganaría entonces su segundo major, pero con un solo golpe de ventaja sobre el español, quien parecía destinado a desafiarle el liderazgo por una década o más.
García, considerado un jugador de clase mundial desde entonces, no volvió a terminar segundo en un major desde el British Open del mes pasado. Ahora tiene 27 años y acumula las cicatrices de tantas batallas. Tantas han sido sus frustraciones en el green, que ha decidido optar por un belly putter.
Surge entonces la pregunta: ¿Cómo se recuperará del duro golpe que representó Carnoustie, donde tenía una ventaja de tres golpes al comienzo de la ronda final, apenas falló un putt para par en el 18, registró un 73 y luego perdió la definición mano a mano con Padraig Harrington?
"Fui el único que tuvo la chance de ganar en regulation" dijo García el miércoles en el Southern Hills Country Club, donde se jugará el 89º PGA Championship a partir del jueves. "Para mí, eso significa mucho. Creo que liderar toda la semana fue una gran experiencia. Creo que aprendí mucho de ello. Tuve la chance. Conecté un gran putt. Desafortunadamente no entró".
17 días le dieron algo de tiempo para reflexionar, aunque no fueron todos buenos. García admitió la semana pasada en el WGC-Bridgestone Invitational que le habría venido bien más tiempo de descanso. Estaba entendiblemente caído, todavía preguntándose porque no el putt del hoyo 72 no cayó adentro.
El desafío ahora está en recuperarse de semejante decepción.
García, quien está ranqueado octavo en el mundo y acumula seis victorias en el PGA Tour y 10 en el resto del planeta, puede consolarse tomando el ejemplo de un jugador como Phil Mickelson, quien pasó más de 10 años como profesional sin poder ganar su primer major.
"Yo creía, al igual que Sergio cree; simplemente es cuestión de tiempo", dijo Mickelson, quien ahora suma tres trofeos grandes. "Es demasiado buen jugador como para no ganar uno. Me tomó más tiempo del que imaginaba".
"Lo más difícil era venir al centro de prensa. Siempre creí en mí y realmente nunca dudé que podría ganar uno. Sabía que lo haría, pero no sabía cuando. Creo que él siente lo mismo. Pero a veces responder preguntas puede resultar difícil".
Especialmente cuando respondes poniendo excusas. Mickelson nunca lo hizo. Solía manejar sus fracasos con clase, siempre halagando al ganador y reconociendo sus propios errores.
Definitivamente ese no fue el caso de García tras su derrota ante Harrington. El español citó el lento rastrillaje de un bunker en el green del 18 como causal de su fallo. Lamentó que el putt en el green final no entrara. Sugirió que una fuerza mayor era la causa de sus fracasos.
Generalmente lució como un mal perdedor, alguien incapaz de reconocer sus propios errores; tres bogeys en los nueve de ida no fueron causados por la mala suerte.
"La emoción era muy grande", dijo García en el PGA el miércoles. "Me abrí a los medios y dije lo que pensaba. Eso es todo. No quería quitarle mérito a Padraig por ganar el Open. Sentía que había jugado lo suficientemente bien para ganar y desafortunadamente no ocurrió. Si hubiera tenido un poco de suerte la historia habría sido distinta. Pero eso es todo".
Es cierto que García tuvo algo de mala fortuna. Fue cruel que su putt para par en el 18 no entrara. Y fue brutal ver su approach en el par 3 del 16, el segundo del desempate, rebotar 20 pies hacia fuera.
Pero así es el golf y lidiar con estas decepciones es lo que forma a un campeón.
"Si quedas cerca pero no ganas, siempre corres peligro de nunca ganarlo", dijo el doctor Richard Coop, un reconocido psicólogo deportivo. "Debe encontrar fuerza mental o forjar un sistema interno de convencimiento, y poder mantenerlo".
Tom Lehman recuerda haberle dicho a García tras ganar el British Open de 1996 que el español obtendría varios Majors. García era amateur por ese entonces y Lehman había quedado impresionado.
Más de una década después, él cree que es imperativo lidiar con la decepción de una manera digna.
"Tuve algunas decepciones en los Majors", dijo Lehman. "Pero sabía que me estaba acercando, que era cuestión de tiempo, que mi día llegaría. ¿Se lo dije a los medios? No, a mi esposa. ¿Siente Sergio que está intentando escalar una pared demasiado alta? Sólo él lo sabe".
García sabe que hubo muchos aspectos positivos para rescatar de Carnoustie. Finalmente encontró un putter que le dio confianza en los greens. Lideró el torneo en gran parte de los cuatro días. Y no perdió el torneo cediendo en los últimos hoyos. No es una vergüenza hacer bogey en el hoyo final de Carnoustie.
Todas esas lecciones les serán útil cuando tenga una nueva oportunidad. Pero como otros grandes golfistas han dejado demostrado, no tiene asegurada una victoria.
"Quien termina segundo siempre es el primer perdedor, por lo que a veces se hace duro", dijo García. "Pero debes seguir adelante y sacar los puntos positivos. Sólo espero volver a tener la chance de pegar el putt para el triunfo. Al menos si llego a esa posición, ya me sentiré feliz".




Fuente: ESPN.com

Por la salvación


TULSA -- Al Campeonato de la PGA se le considera la última posibilidad para hacer algo grande en la temporada de golf por razones obvias.
Para Tiger Woods, Phil Mickelson y Ernie Els implica desesperación al encarar el último torneo del Grand Slam de la campaña con el deseo de no quedarse con las manos vacías.
"Nunca te quieres quedar sin nada", dijo Woods. "No puedes acabar el año sin un campeonato grande".
Y también suscita esperanza para aquellos que anhelan su primer grande, especialmente si se considera que los campeones este año del Masters, el Abierto Británico y el Abierto de Estados Unidos, donde se impuso el argentino Angel Cabrera, fueron novicios.
El último torneo grande se pondrá en marcha el jueves en el campo del Southern Hills Country Club en Tulsa, Oklahoma. Será la séptima vez que alberga un Slam, con el Abierto de Estados Unidos del 2001 como el más reciente.
Si uno toma como barómetro cómo ha transcurrido la temporada, el ganador podría ser cualquiera.
¿Quién se hubiese imaginado a Zach Johnson acomodándose la chaqueta verde en el Masters?
Mucho menos que el Pato Cabrera emergiese triunfador en Oakmont al contener a Woods y Jim Furyk.
"Creo que eso me abrió los ojos... de que yo también puedo hacerlo", declaró el también argentino Andrés Romero, quien quedó tercero en el Abierto Británico.
Tras el desplome de Sergio García, el campeón del torneo británico fue el irlandés Padraig Harrington, poniendo fin a una sequía de ocho años sin campeones europeos en los torneos del Grand Slam.
Candidatos sobran.Seis de los primeros 15 del mundo aún no ha ganado su primer torneo grande y la mayoría tienen buenos motivos para pensar que Southern Hills, y su campo rodeado de árboles, es el escenario ideal.
Desde que el Masters empezó a disputarse en 1934, sólo han habido tres temporadas en la que los grandes fueron barridos por novicios. La más recientes fue hace cuatro años con Mike Weir (Masters), Jim Furyk (EEUU), Ben Curtis (G. Bretaña) y Shaun Micheel (PGA). Los otros dos años fueron 1969 y 1959.
"Eso le da un poco de esperanza a todos", dijo el estadounidense Chad Campbell. "Le recuerda a la gente que Tiger y Phil no siempre se lo llevarán todo".
Tras ganar los dos últimos grandes del 2006, se creyó que Woods sería capaz de monopolizar los cuatro al mismo tiempo.
La verdad es no ha estado tan lejos. Unos errores de más le costaron caro en Augusta. Sólo embocó un birdie en los últimos 32 hoyos en Oakmont para conformarse con un segundo lugar. Y luego, en Carnoustie, compartió la décimo segunda plaza.
Esta es apenas la cuarta vez en sus 11 años como profesional que Woods se presenta al Campeonato de la PGA sin haber ganado un torneo grande. Lo ganó en Medinah en 1999, pero en los otros tres años (1998, 2003, 2004) se quedó sin nada.
Uno que podría sacar provecho en Southern Hills sería Cabrera, quien quedó séptimo aquí en el 2001 y tiene la confianza por las nubes tras ganar su primer grande.
Cabrera advirtió que el cambio más notable que encontró en el trazado fue en el rough, el cual consideró complicado, pero justo
"En este campo hay veces que cuando vas por el rough, puedes tener la posibilidad de buscar el green", comentó.
Fuente: ESPN. com

Coceres juega el PGA Championship

  • El último Major tendrá tres compatriotas
    El 89° PGA Championship se realizará en Oklahoma y comenzará el jueves de la semana próximo. Allí, en el último Major de la temporada, intervendrán Angel Cabrera, Andrés Romero y José Cóceres, cuya participación se confirmó en las últimas horas.

La Prensa inglesa no tiene piedad con Sergio García


El especialista de golf del rotativo ‘The Independent’ se pregunta de forma retórica, y en español, si García tiene los “cojones” necesarios para vencer. “Sí, dicen, tiene toda la habilidad del mundo. Pero hombre, ¿tiene cojones? ¿tiene pelotas?, lo que es lo mismo: “But, hombre, does he have cojones?” (sic)

El ‘Times’ habla de los “traumas con el ‘putting’ de Sergio García, cuya promesa continúa sin realizarse”. “Estuviste cerca, Sergio, muy cerca”, explica el especialista de esta publicación, que se dirige en ocasiones al español al nombrarle. “Sergio, ¿cómo te sientes hoy?”, se pregunta y se queja de las ilusiones depositadas en el español: “Durante tres días nos hiciste creer que podrías conseguirlo”. El análisis sobre el ‘putt’ del castellonense, que le ha traicionado en los momentos más importantes de su carrera, concluye con la explicación de que “éste debería haber sido su momento y es complicado ver cómo podrá recuperarse”.

El sensacionalista ‘The Sun’ encabeza su portada con “La magia de Harri Putter”, un juego de palabras con el nombre del vencedor del Open Británico, Harrington y su condición de dominador del ‘putt’, a la vez que recoge la agonía final del español Sergio García.

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El futuro le sonríe

El rostro de Romero es el reflejo del gran momento golfístico que atraviesa; fue felicitado por muchos escoceses Foto: AFP

No hay un único ganador en el Open. Es cierto que uno solo se queda con el honor y la Jarra Claret de plata, en este caso el irlandés Padraig Harrington, pero hay otros jugadores que se llevan recompensas valiosas por actuaciones consagratorias. Dentro de su desazón por no haber sabido manejar el enorme peso de ser el líder de un Major a pocos metros del final, Andrés Romero no se dio cuenta de lo que había generado en la tarde del domingo último en Carnoustie, y sólo cuando llegó a la casa de Dawson Road que lo alojó esta semana y no paró un minuto de recibir llamadas en su celular y mensajes de felicitaciones en su casilla de mail, empezó a comprenderlo mejor.

Sin embargo, fue por la noche, en esa recorrida por las calles de Carnoustie para compartir una salida con el grupo de tucumanos que llegaron especialmente para verlo en el Abierto Británico, cuando Pigu chocó con la realidad. Nadie hace diez birdies en la vuelta final del Open y se va de este pueblo devoto del golf pasando inadvertido. Y Romero lo vivió en carne propia. Las calles angostas del pueblo estaban semivacías, y una mujer fue la primera en reconocerlo. Escuchó un diálogo en español, miró incrédula en dirección a Pigu y empezó a gritar que no lo podía creer, que estaba frente a " Romerou ", y que quería una foto con él.

La misma cara de sorpresa se dibujaba en cada una de las personas que se cruzaban en el camino del tucumano. Una foto, una felicitación, elogios casi desmedidos y Romero que apenas atinaba a sonreír y a agradecer. Lo más fuerte lo vivió en el Public Bar, un pub colmado de personas que no habían parado de beber cerveza desde el final del torneo y que estallaron cuando Pigu decidió entrar. Todos querían su recuerdo, su foto, todos acompañaban el "Olé, Olé, Romero, Romero" que entonaban los más exaltados, encabezados por dos escoceses vestidos sólo con un kilt, o sea, la clásica pollera. El dueño del lugar sacó enseguida gorras y remeras para tenerlas de recuerdo, y después les explicó el motivo de la tardanza en cerrar a los policías que habían llegado a controlar que se respetara el horario de las 12 de la noche. "Tu juego fue increíble", era la frase más escuchada, pero también repetían algo que a Romero le debe haber quedado grabado: "Eres el verdadero campeón del Open". Para mucha gente, el ganador moral fue Pigu, porque compartió los errores con Sergio García y Harrington, pero antes les regaló una vuelta increíble, que conmovió a todos.

"Ya está, ya pasó, me voy a acordar por mucho tiempo de esta vuelta, pero no me lamento para nada. Estuve muy cerca y sé que voy a tener otras chances si sigo trabajando como hasta ahora. Siento que estos dos años que estuve en el Tour Europeo me sirvieron mucho. Tuve buenos resultados y me di cuenta de que puedo jugar con los mejores. En la vuelta final del Open compartí el juego con el N° 2 del mundo y me sentí muy cómodo. Esas cosas son importantes."

Este tipo de actuaciones cambian la rutina de un jugador. Los planes se modifican porque brotan muchas oportunidades de una figuración importante en un Major. Por lo pronto, un lugar asegurado en el PGA Championship, el último Grand Slam del año, y la chance de meterse en el Bridgestone Invitational, en Akron. Se confirmó que Pigu jugará en Hamburgo, Alemania, a partir de pasado mañana, donde intentará mejorar el cuarto puesto conseguido allí en 2006. "Es muy duro para mí tantas semanas seguidas lejos de mi casa. La verdad es que no aguanto más. Estaba al límite esta semana y me salvaron los chicos que vinieron de Tucumán, porque me hicieron divertir, me entretuvieron y eso se notó en la cancha."

Romero disfruta del reconocimiento de sus colegas. Ya lo tienen en cuenta, saben que les puede ganar, y ésa es la mejor receta para lograr respeto: "Me gusta eso. Después de terminar, Mike Weir me felicitó por la vuelta que había hecho y me dijo que lamentaba esos errores en el final. Sergio García también me felicitó, y eso que se estaba preparando para jugar el playoff".

Este desempeño no va a hacer más que acentuar lo que Pigu provoca en su provincia. La gente de Yerba Buena lo considera un ídolo. Los chicos lo siguen, lo imitan, quieren ser como él: "Es una cosa impresionante lo que pasa en Tucumán. La verdad es que me cuesta acostumbrarme a que me tengan tan en cuenta, que me sigan tanto, pero también es muy lindo. Termino saludando a gente que no conozco y por ahí me paso un tiempo largo firmando autógrafos o sacándome fotos, pero sé que eso también es parte de mis obligaciones como profesional. Obviamente que también hay gente que se me acerca ahora y que antes no me daba bolilla. Pero yo sé quiénes son mis amigos, son los mismos de siempre".

El entorno afectivo es fundamental para Romero, y le sirve como contención para amortiguar cambios tan bruscos en su vida: "Trato de estar bien con mi familia. Mis viejos me enseñaron bien lo que se debe hacer, así que por ese lado no hay problemas. Algunos amigos mayores que yo me aconsejan que no salga tanto de noche, que me cuide más, pero yo aprovecho cuando estoy en Tucumán para divertirme un rato. Cuando estoy afuera me concentro totalmente en el trabajo".

Esta notoriedad va a abrir puertas y Romero sabe que una de ellas puede ser el PGA Tour: "A todos los golfistas les gustaría jugar en los Estados Unidos. La verdad es que me encantaría estar en ese circuito porque el clima es más estable, no tan cambiante como en Europa. Por otro lado, sé que aún tengo que juntar experiencia en el Tour Europeo y después veré de meterme en el PGA Tour". Si logra una buena actuación en el PGA Championship o en alguno de los torneos a los que seguramente será invitado de aquí a fin de año, Pigu podría obtener la tarjeta del máximo circuito internacional.

La calidad rinde sus frutos y los beneficios llegan, tarde o temprano.

Por Fernando Pedersen
Enviado especial

Fuente www.lanacion.com.ar

El fantasma de Van de Velde


CARNOUSTIE, Escocia (De un enviado especial).- Cuando se invoca demasiado a los fantasmas, éstos, tarde o temprano, terminan apareciendo. Tanto se recordó en estas últimas semanas aquel final tumultuoso y frustrante de Jean van de Velde, tantas veces se repasó lo ocurrido, que el desenlace del torneo terminó ofreciendo en cada uno de los protagonistas algún parecido con el francés de la derrota imposible en 1999.

En ese colorido duelo de aliento que incluyó a argentinos, españoles e irlandeses, el primero que agitó el fantasma de Van de Velde fue el Pigu Romero, con ese doble bogey-bogey que le quitó los dos golpes de ventaja que tenía en el tee del 17. Los irlandeses gritaron fuerte el águila de Harrington en el 14, un acierto que lo colocaba solo en la punta y con dos de ventaja sobre Romero y García. Pero más tarde fue el irlandés el que tomó la posta y se pareció mucho a Van de Velde, porque se derrumbó en el mismo hoyo que el francés, el 18, y porque tiró dos veces la pelota al Barry Burn, aunque nunca se le pasó por la cabeza meterse en el arroyo sin medias y con los pantalones arremangados. Romero había perdido su chance, Harrington hizo mucho para quedarse sin nada con ese doble bogey final, pero faltaba García, que también aportó su homenaje a Van de Velde: con el par alcanzaba su ansiado primer Major, pero firmó el bogey que sería su condena.

Es poco probable que alguien repita la catástrofe de Van de Velde, pero hubo varios que reavivaron su fantasma ayer en Carnoustie.

Fuente www.lanacion.com.ar